¿Quién es Juan Arce?

Mi nombre es Juan Arce Vidal, tengo 75 años y soy gallego, concretamente de Ourense, pero ahora vivo entre Sant Feliu de Codines y Barcelona. Cada año viajo a Galicia y aprovecho para conocer otras provincias, algunas poco conocidas como Soria, Zamora…

Hice Medicina en Santiago, mi tierra, y al acabar la carrera vine a Barcelona para hacer la especialidad de obstetricia y ginecología en la Clínica Dexeus de Paseo Bonanova. Siempre me gustó hacer partos y representó el 70% de mi actividad profesional. Es cierto que mi primitiva intención era hacer psiquiatría, pero el primer contacto con un Hospital Psiquiátrico me desanimó. La verdad que me hace muy feliz cuando puedo ayudar a alguien, sobretodo utilizando mis conocimientos.

Hace 6 años que estoy jubilado así que me paso mucho tiempo leyendo, sobre todo temas de Historia, ya que soy, además de médico, diplomado en Historia por la UOC. También me gusta la gastronomía e incluso soy presidente de una sociedad gastronómica. En mi rutina diaria no falta mi paseo de 6-10 km por las mañanas y, además, disfruto buscando setas cuando el tiempo y las circunstancias lo permiten.

Todas estas cosas me hacen feliz, pero si pienso en algo que me de miedo… Serían las guerras. Me dan miedo al mismo tiempo que me indignan. De hecho, en la guerra civil, mi padre que nunca se metió en política, fue movilizado por uno de los bandos y mi suegro, que tampoco se metió en política, fue movilizado por el otro bando.

El cáncer de mama en hombres también existe

Mi historia con el cáncer de mama empezó hace 8 años y medio, cuando me palpé un bulto en la mama derecha y, como me pareció sospechoso, consulté con un compañero que confirmó el diagnóstico. En un principio tenía un cáncer localizado, pero a los dos años La verdad que fue un golpe muy fuerte porque había pasado la dura experiencia de la muerte de mi mujer a consecuencia de un cáncer de pulmón e, irremediablemente, piensas mucho en tus hijos. Desde entonces valoro mucho más la vida y me doy cuenta que lo más importante, por encima de todo, es tener salud.

Siempre he tenido un gran apoyo familiar, de amigos y de compañeros de profesión. También ha sido muy importante para mí el apoyo que he tenido en todo momento de la Asociación INVI, de la que formo parte. Recuerdo que en el momento en que me diagnosticaron la metástasis, mi oncólogo, el Dr. Tomás Pascual – del Hospital Clínic y miembro de la Junta Directiva de SOLTI- me habló de Màrius Soler, el presidente de la Asociación hasta hace unas semanas. En esa misma época conocí también a Víctor Rodríguez, el actual presidente y así empezó un camino en el que hemos visto crecer mucho a INVI en los últimos años. Y a los hombres que hoy en día sufren un cáncer de mama, les diría que nuestra invisible y casi desconocida enfermedad, ahora ha pasado a primera línea de información, que por fin se empieza a reconocer como un subtipo específico, con características concretas y, gracias a la investigación, podrá seguir estudiándose como tal.

La investigación y su papel contra el cáncer

En los últimos años la investigación contra el cáncer ha avanzado mucho, sobre todo en nuestro país y ahora mismo es parte fundamental del tratamiento de esta enfermedad.

Vamos en camino de una medicina cada vez más personalizada  y es que no debemos olvidarnos de que no estamos tratando enfermedades, sino pacientes; personas. Cada una con diferentes necesidades. Por eso estamos viendo tan buenos resultados cuando se administran tratamientos personalizados a la situación clínica de cada uno.

En este sentido, SOLTI tiene un papel muy importante por la gran apuesta que ha hecho a nivel de investigación y esto debe estar coordinado también con las acciones de grupos más pequeños como pueden ser las asociaciones de pacientes. El cáncer de mama masculino es minoritario y presenta unas necesidades específicas. Precisamente por esto, la innovación de grupos como SOLTI tienen mucho que aportar aquí.

Por mi parte, quiero dar las gracias a todos los que se dedican a la investigación, consumiendo muchas horas de su vida y en un trabajo que muchas veces no es ni correspondido ni comprendido. Realmente son personas que están casi en la oscuridad, pero que su trabajo es, ha sido y será fundamental. A mí me gustaría que el cáncer llegue a ser algún día una enfermedad más para la que hay tratamiento y, con eso, ya se puede solucionar. Me gustaría que esto ocurriese y poder llegar a verlo.  Sería realmente mi máximo deseo.