Pilar
Pilar tiene claro que de este mundo sólo te llevas lo que vives, así que ella vive todo lo que se quiere llevar. Ahora, un cáncer de mama metastásico la acompaña y su pareja, Germán, no se separa de ella. Sin embargo, el cáncer en su familia es un viejo conocido que se ha llevado ya demasiadas vidas. Su historia no te dejará indiferente.
Pilar González
Soy Pilar y tengo 55 años.
En 2019 fui diagnosticada con cáncer de mama, pero mi historia con el cáncer empezó bastante antes, ya que tengo dos hermanas fallecidas por esta enfermedad. Una nos dejó en el año 2000 y otra en el 2013. Además, tengo otra hermana y una sobrina – hija de una de las fallecidas – que también han desarrollado cáncer de mama. ¿Cómo íbamos a pensar lo que nos iba a cambiar la vida a nivel familiar? Bestial. Cuando yo iba a mi casa de pequeña y celebrábamos todo allí, juntos… ¿Qué íbamos a pensar que en el futuro íbamos a estar así?
En mi caso, tras unas pruebas me detectaron un bulto que ya tenía 5,9 centímetros cuando lo extirparon. A pesar de su tamaño, no se notaba ni se veía. Tras la intervención, me dijeron que el tumor no tocaba piel ni hueso, con lo que fue una gran noticia. Igualmente, teniendo en cuenta mi contexto familiar, pedí que me hicieran una mastectomía bilateral (extirpar ambas mamas) y también los ovarios y parte de las trompas de Falopio. Todo preventivo. Todo para eliminar el máximo de hormonas posible, puesto que mi cáncer es hormonal. Aun así, después de un tiempo de tranquilidad, en 2023 la enfermedad volvió con metástasis en la columna vertebral. Este diagnóstico fue muchísimo más duro que el primero. Cuando piensas que te has recuperado, de pronto llega un golpe como este… Fue demoledor, pero la posibilidad de recaída existe y allí estaba. Esa misma tarde llamé a mi abogado para redactar mi testamento. Pensaba que me iba.
Por fortuna mi oncólogo, el Dr. Xavier González del Hospital General Universitario de Catalunya no pensaba como yo, así que me puse en sus manos. Es muy buen técnico, muy cercano y muy buena persona. Hoy en día me ha demostrado su competencia en varias ocasiones, y os aseguro que, a pesar de la gravedad de mi enfermedad, con él supervisando mi caso, duermo muy tranquila.
Sobre mi tratamiento, actualmente estoy en el ensayo clínico HARMONIA, del Grupo SOLTI. Gracias a esto tengo un seguimiento exhaustivo y, además, estoy respondiendo muy bien a la terapia.
Cómo el cáncer cambio mi vida
Con anterioridad al cáncer me dejaba la piel en mi vida laboral. Según rendía profesionalmente, así me valoraba como persona, y es que al final no tenía más vida que estar allí. Me sentía realizada y completa. Hoy sé que eso es un error, pero entonces no lo vi. Caí en la trampa. Mi objetivo era ser buena madre, buena profesional, tirar adelante la casa, la compra… todo. Y lo hacía, pero sufrí mucho estrés. Recuerdo que cuando me diagnosticaron en 2019 lloraba delante del doctor y le decía: “He sido yo, yo me he hecho daño, no he sabido cuidarme”. En un trabajo puedes dejar mucho esfuerzo, pero no la salud. Yo lo hice y eso no se vende, no hay precio.
Entonces, entre unas cosas y otras, en mi empresa terminaron por hacer un ERE y ya no pudieron contar más conmigo. Lo agradecí en cierta manera porque ya estoy fuera y ahora he recuperado mi vida. Germán, mi pareja, me dijo entonces una frase que me ayudó mucho: “Todo lo que tenías que demostrar, ya lo has demostrado”.
Ahora relativizo bastante más. En mi día a día busco actividades que me ayuden a estar ocupada para no darle tantas vueltas a la cabeza. Fue un consejo de mi psicooncóloga, Montse Pascual, de la Fundación Oncolliga de Terrassa, quien me guía y me ayuda a comprender, me calma y me quita el miedo. Sin ella no estaría aquí ahora, hablando de esta manera, ni tomándome este tema con humor.
Además, por suerte tengo muchas razones para mantenerme fuerte. Tengo a Jaume, un hijo maravilloso (y a su chica, Laura), tengo a Germán, que siempre está a mi lado y tengo a Rubén, el hijo de Germán, que nos llevamos muy bien. Todos ellos me ayudan, así que son mi razón para seguir adelante. Y es por eso por lo que intento estar siempre animada, para tener algo por lo que luchar.
La importancia de las pequeñas cosas
También he aprendido a valorar cada detalle. Cualquier cosa que sea disfrutar de la vida y de la libertad. Son cosas pequeñas que, aunque siempre habían estado ahí, ahora me saltan a la vista. Salir a pasear, tomar un café en una terraza, mil cosas… Sobre todo encuentros familiares, pero todo aquel que se apunte es bienvenido. Las llamadas y muestras de aprecio de la gente que me rodea… Notas que se alegran de verte, que se alegran de ver que estás bien, porque yo intento estar riendo y contenta todo el tiempo. Intento y creo que lo consigo. No se me da mal esto de esconder “el monstruo”… Aunque es cansado.
Y aunque es cierto que a Germán y a mí nos gusta mucho viajar, e intentamos hacerlo todo lo que esta enfermedad nos deja, ¡El día a día también es precioso! Yo he vuelto a ser feliz con las pequeñas cosas. Por ejemplo, yendo en moto camino a mi clase de inglés y en ese instante darme cuenta de que ¡soy feliz!
La importancia de la investigación
Gracias a la investigación, estoy viva. Y no sólo viva sino que tengo una muy buena calidad de vida. Ponle precio tú si eres capaz, porque yo no puedo.
Mi sobrina siempre dice: “Ellas tuvieron que morir para que nosotras podamos vivir” en referencia a su madre y a su tía (mis hermanas) y a los avances en la investigación que han tenido lugar desde que ellas murieron. Mi única ventaja sobre ellas es que yo estoy padeciendo esta enfermedad en 2024.
Si un día esta enfermedad llegara a vosotros (en cualquiera de sus formas), imaginad el sufrimiento y el miedo que podríais ahorraros si ya existiera un tratamiento que funcione. Creedme que la diferencia es abismal.
Ojalá pudiera decir yo hoy: Antes la gente se moría de esto, pero ya no.
Y es que, a día de hoy, sin SOLTI seguramente estaría muerta, o en un estado que en este momento no quiero ni imaginar. Metida en una cama afectada por una enfermedad que “te come” por dentro, probablemente en una silla de ruedas, porque el cáncer habría llegado a mi médula espinal.
Entonces, sin SOLTI, sin investigación, es que yo no tengo camino.
Gracias SOLTI.
¿Ya sabes cuál es tu papel?
En estas historias has conocido el día a día de diferentes personas con un papel en el cáncer de mama. Cada una de ellas, desde su perspectiva, sabe que sin investigación estaría viviendo una realidad muy distinta.
Hay papeles que no podemos escoger, pero en las vidas de Sara, Germán y Helena hay un rol muy importante: el tuyo. Porque en esta historia, tú sí tienes elección. Tu concienciación y colaboración con la investigación hace posible que podamos seguir con nuestra labor; hace posible que las personas con cáncer de mama, aquellas que no han tenido elección, tengan más y mejor vida. Así que ahora, escoge cuál es tu papel en esta historia.
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Sobre SOLTI
SOLTI es un grupo referente en investigación clínica del cáncer en España. Nuestra misión es promover una investigación innovadora que mejore el bienestar y el pronóstico de los pacientes con cáncer, en su mayoría cáncer de mama. Con una trayectoria de casi 30 años, está integrado por más de 500 investigadores en una red de 100 centros entre España, Portugal e Irlanda. Nuestra actividad se centra en el diseño y ejecución de estudios clínicos y, además, también ponemos en marcha planes formativos y divulgativos para especialistas del ámbito oncológico, pacientes y toda la sociedad. #beSOLTI
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